Compartimos la nota que nos realizaron para Infobae
Acupuntura, kinesiología, masajes y el amor más sincero es lo que brinda la Asociación Protectora de Animales (APRANI) –fundado por la médica veterinaria Alicia Barreto en 2006- que da cobijo a los animales alejados de sus hogares debido a la edad y también cuidan de aquellos que llegaron luego de haber sido salvados de una muerte segura.
“La mayoría de los animales llegaron por la imposibilidad de la familia de seguir cuidándolos y, lamentablemente, decidieron abandonarlos en la calle o traerlos hasta aquí donde se los cuida, medica y vacuna”, le explicó Sheila, una de las colaboradoras del refugio, a Infobae.
APRANI es el deseo cumplido de Barreto, que desde niña soñaba con cuidar animales. Como si hubiera decidido su destino con una regla de tres simple, estudió veterinaria para hacerlo realidad y con los años fundó el refugio.
“Empecé a rescatar perritos en el barrio y llegué a tener hasta siete en mi casa. Mis papás un poco me bancaban porque también les gustaban, pero llegaba el momento en que tenía que darlos en adopción y tratar de ubicarlos; y eso para mi era toda una situación”, le contó a Infobae cuando, por el Día del Animal, fue homenajeada como una de las veterinarias más solidarias junto al médico de San Juan Rodolfo Dallazuana, en 2019.
Con apenas 12 años, Alicia tuvo la triste experiencia que marcó su vida: “Tenía un perrito que se llamaba Malik y aparentemente lo envenenaron… Se murió en mis brazos… En ese momento me dije: ‘¡Yo le voy a dedicar mi vida a ellos!’. Fue una especie de promesa que iba a durar toda la vida, porque ya tengo 62 años”, reveló.
Al terminar de estudiar la carrera en la Facultad de Veterinaria de la UBA ejerció su profesión en relación de dependencia hasta 2006. “Tenía que tomar una decisión: si seguir trabajando como veterinaria en un laboratorio farmacéutico o encarar otro tipo de vida. Y decidí hacer el cambio”. Así nació la asociación que, asegura, la hace feliz.
Cómo son los cuidados que brindan a los “rescataditos”
El lugar funciona en una casaquinta ubicada en el corazón del Conurbano bonaerense y conviven más de 200 perros (60 de ellos esperan ser adoptados), 35 gatos (también en adopción responsable) con conejos, aves, caballos, tortugas y chanchos.
A todos, Barreto les presta servicios médico clínica y alopática que completa con las terapias antes mencionadas y suma fisioterapia, ultrasonido, homeopatía, antroposofía e inmunoterapia.
“Los animales suelen tener los mismos problemas de salud que los humanos”, asegura Barreto y enumera: “Displasia de cadera, enfermedades degenerativas de las articulaciones, mielopatía degenerativa, epilepsia, artrosis y artritis”.
Tratar esas dolencias y mejorarles la calidad de vida es el primer objetivo de la ONG. “La terapia manual, los estiramientos y el masaje son las herramientas clásicas de los fisioterapeutas para reducir las tensiones musculares, contracturas, aumentar el trofismo muscular, reducir la fatiga, prevenir lesiones músculo-tendinosas”, enumera desde APRANI al momento de detallar qué implica el tratamiento que brinda.
A esas técnicas agregan el ultrasonido, que es un aparato que produce ondas acústicas generando un efecto antiinflamatorio sobre los tejidos, y acupuntura, una terapia indolora tradicional de origen chino que hace poco tiempo comenzó a implementar y que, afirma, “tiene muy buenos resultados”.
Esa técnica milenaria “consta de la introducción de agujas sobre la piel, otorgándoles una mejoría en el equilibrio y la salud”, explica la especialista que trabaja en el refugio con su familia, un grupo de colaboradores a los que ella mismo capacita a diario. Entre ellos, un hombre que cumplió condena carcelaria y ayudan a reinsertarse laboralmente.
La mayoría de los animales que viven en el refugio tienen entre 3 y 10 años. Hay muy pocas personas que quieran adoptar perros o gatos que superen los 3 años. Sin embargo, también hay animales con 1 o 2 años y mayores de 10.
Desde los últimos años, el refugio se mantiene gracias al aporte de donaciones y al padrinazgo de algunos de sus animales. Pero en los últimos meses dejaron de contar con ayuda voluntaria.
“Siempre hubo voluntarios dispuestos a ayudar, pero con la cuarentena y las medidas de seguridad que se debieron adoptar a nivel nacional, hoy no contamos con ese apoyo que siempre fue muy importante para el funcionamiento de APRANI y el cuidado de los animales”, admitió Sheila, quien colaboradora con la prensa del lugar.
A esa falta de manos se suma la necesidad de recibir donaciones, no solo económicas sino la de elementos que le son de gran utilidad para la comodidad de sus habitantes: colchones, mantas, frazadas, sábanas, electrodomésticos, alimento balanceado, elementos para perros (correa, bozales, cuchas, etc.), medicamentos, aceites de autos (se utilizan para mantener las cuchas y pallets), maderas y alambres.
Cómo actuar ante el caso de un animal que necesita ayuda
Desde APRANI brindan consejos para quienes se involucran en el rescate de un perro o gato perdido y de aquellos que viven en la calle.
Es importante, destacan, que luego de que se rescata al animal, la persona busque un lugar provisorio (casa de tránsito) o que directamente lo adopte.
Respecto a cómo actuar, comparten este procedimiento:
– Es importante acercarse con mucho cuidado y muy despacio. Si el animal es desconfiado se le puede ofrecer comida para ganar su confianza y así poder pasarle una soga por el cuello o envolverlo en un trapo o frazada si está herido.
-La mejor opción es llevarlo a casa. La mayoría de refugios y ONG´s están superpoblados y los recursos escasean. Se puede pedir ayuda a familiares o amigos para encontrar un lugar adecuado para su recuperación.
-Una vez rescatado, hay que llevarlo al veterinario para que lo revise, vacune y desparasite. También es necesario castrarlo antes de darlo en adopción o adoptarlo. Esto evita colaborar con la superpoblación de animales y que tengan problemas de salud a futuro.
-También es muy importante tomarle fotografías para compartir en las redes y acompañarla detallando cómo y dónde fue el rescate. Siempre hay que describirlo: estimar su tamaño, decir cuál es su sexo y edad aproximada. Las redes son la mejor manera para encontrar un dueño, antiguo (en caso de que esté perdido) o nuevo.
-No todo animal que está en la calle fue abandonado. Eso es evidente cuando se lo nota bien alimentado o si tiene un collar.
-Por eso en necesario conversar con vecinos del lugar, quizás lo conozca o sepan desde hace cuánto está allí.
–Es importante pegar su fotos en los comercios del barrio y subirlos a sitios especializados de Internet que difunden el hallazgo y pérdida de animales.
-Cuando se inicia la campaña de adopción es muy importante no dejarlo con cualquier persona. Tener un animal es una responsabilidad, por eso lo ideal es enviarle a la persona interesada un cuestionario preadopción. En APRANI hay un modelo que se puede compartir escribiendo a info@aprani.org.
Quienes deseen colaborar con algunos de esos objetos puede coordinar la entrega con la fundación por medio de sus redes sociales o bien por medio de la página web https://aprani.org/.